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Valledupar, Septiembre 21 de 2003 (Noticia Actualizada)

Así se montó el fraude electoral en Barranquilla La organización electoral encontró que 34.196 personas fueron literalmente 'trasteadas' de otros municipios del Atlántico a Barranquilla.

Se hizo para que inscribieran su cédula en esta ciudad, y más de 106 mil cédulas fueron registradas irregularmente. Es decir, en más de 140 mil inscripciones, del total de 215 mil, se presentaron delitos contra el sufragio. Eso equivale al 65 por ciento. Ante la magnitud y la gravedad de las evidencias, el Consejo Nacional Electoral (CNE) decidió, el pasado jueves, anular todas las inscripciones realizadas en esa ciudad entre el 8 de enero y el 23 de junio pasado. ¿Cómo ocurrió semejante fraude? Valledupar.com constató que el 8 de junio pasado los dos zonificadores de un puesto de inscripción de cédulas, abrieron tarde, a las 11 de la mañana, la jornada de registro. A las 12:30 p.m., los funcionarios ya tenían diligenciados allí, en el norte de Barranquilla, cinco formularios y dos a punto de terminar. En solo una hora y media habían inscrito 190 cédulas, cuando el promedio por día era de 200. ¿Cómo lo hicieron? Según los cálculos de la organización electoral, cada uno de ellos inscribió, en ese tiempo récord, 95 personas, y, sorprendentemente, demoró menos de un minuto por cada inscrito. Una cifra increíble, pues el proceso no es tan sencillo: deben revisar la identidad del solicitante; anotar en el formulario E-3 sus nombres, apellidos, número de cédula, dirección y teléfono; tomar la impresión del índice derecho y, finalmente, llenar la forma E-4. Y esas tareas, en el mejor de los casos, no demoran menos de dos minutos y medio. Para el equipo investigador solo hay una respuesta posible ante semejante rapidez: los zonificadores habían llenado las planillas de registro en otra parte. Las sospechas aumentaron porque junto a los dos ex funcionarios se encontraba, sin razón, "una persona que no estaba asignada allí". El hecho está consignado en la ponencia que el magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marco Emilio Hincapié, puso a consideración de la sala plena de ese organismo, la semana pasada. Durante más de dos meses, Hincapié coordinó un equipo de veinte funcionarios de la organización electoral, que investigó el escandaloso caso de transhumancia de electores en la capital del Atlántico. Las tareas empezaron a comienzos de julio pasado. La primera gran sospecha de los investigadores surgió al conocer la gruesa cifra de inscritos: 215.201. Hincapié señaló que era difícil creer que en menos de un año ese número de personas hubiera cambiado de residencia. Pero había otros antecedentes publicados con gran despliegue por los medios de comunicación regionales, que hacían pensar que, sin duda, "algo olía mal" en las inscripciones de Barranquilla. Como el que ocurrió el pasado 20 de junio en la oficina particular del concejal Eduardo Enrique Pulgar Daza. Ese día, en el despacho de Pulgar Daza la Policía halló 112 cédulas y casi dos millones de pesos en billetes de 20 mil. Cuatro mujeres fueron capturadas. Pulgar argumentó a la prensa que se trataba de un 'show' publicitario para acabar con su carrera política. Hoy es investigado. Inscripciones múltiples Los funcionarios del CNE y de la Registraduría Nacional descubrieron una sistemática modalidad de 'trasteo' de electores entre distritos y zonas de votación diferentes a los sitios de sus residencias permanentes. En la mayoría de los casos, los electores recibían dinero. Algunos pedían bultos de cemento o ladrillos. Los investigadores también encontraron doble, triple y hasta cuádruple inscripción de cédulas; cedulaciones falsas e inscripciones múltiples con una misma huella estampada en el formulario. Las impresiones dactilares, en muchos de los casos, eran las del propio funcionario inscriptor. Muertos inscritos El modus operandi del 'Cartel de votantes' es invariable: los contactos visitan las zonas marginales de la ciudad, se concentran en las necesidades urgentes de la gente, le ofrecen al elector cinco mil pesos al momento de inscribir la cédula, le retienen el documento y le dan veinticinco mil pesos cuando se cierra el período de inscripciones, para evitar que cambie de sitio de votación. Los votantes son trasladados en buses, taxis, colectivos y hasta camionetas de estacas, bajo la mirada impasible de los transeúntes, acostumbrados ya a esta situación. Mientras se registran, los esperan y luego los devuelven a sus hogares. La mayoría de los zonificadores vieron cómo los buses dejaban a la gente muy cerca del puesto de inscripción. Los electores traían escritos en unos papelitos las falsas direcciones que el contacto les había entregado. Cuando el equipo de investigadores intentó confirmar las direcciones dadas por los electores, se encontraron con los típicos casos de muertos inscribiéndose para votar. Hincapié cuenta que en cierta ocasión preguntó en una desvencijada casa por una mujer que supuestamente había inscrito su cédula. "Sí -le dijo una jovencita- Es mi abuela. Pero se murió hace 18 años". Las pesquisas descubrieron que en un solo puesto de inscripción, los votantes 'trasteados' podrían alcanzar hasta el 85 por ciento del total de inscritos. Así consta en el informe de Hincapié. Pero, como a veces era imposible 'trastear' a los votantes, el mismo zonificador se encargaba de llenar las planillas de registro, sin la presencia de los titulares de los documentos. Así lo confesó Germán Ospina Osorio*, uno de los zonificadores. Ospina declaró a los investigadores, sin ningún asomo de vergüenza, que le hizo un favor a un amigo "llenándole unas cédulas de unas personas que no pudo movilizar al puesto. Son las hojas 39, 40, 41, 42, 43, 44 y 45". El ex funcionario agregó que las huellas eran "de otro amigo". El registrador Especial de Barranquilla, Francisco Mejía de La Hoz, acuñó una curiosa frase para referirse a las impresiones dactilares repetidas: "Tocar piano". "Por ejemplo -dice-, el dedo índice o el dedo pulgar se coloca tres y cuatro veces en el mismo formulario E-3". El ciudadano Carmelo Valle Mora, uno de los demandantes y candidato a la alcaldía de Barranquilla, cuenta que presenció 'trasteo' de votantes, por ejemplo, en los puestos conocidos como de las Tres Avemarías, Parque Almendra, Ciudadela Veinte de Julio y centro educativo de Don Bosco. Un ex zonificador reveló que les ofrecían hasta cinco millones de pesos "para repetir", por "hacer la vuelta". Pero además de dinero de por medio, en el insólito caso de trasteo de votantes también hubo presiones. Uno de los registradores de la zona señala que en los días previos a los nombramientos de los inscriptores (función que les corresponde a los delegados departamentales) recibió en su oficina "llamadas de algunos funcionarios de la delegación y del delegado (departamental) Roberto Tapia, para que colocáramos en determinado puesto a x persona". Tapia fue retirado de la organización electoral cuando comenzaba la investigación. Hugo Miranda, el otro delegado, renunció. La Fiscalía, la Procuraduría y la propia Registraduría Nacional tienen copias de la ponencia del magistrado Hincapié. Hasta hoy hay cinco investigados, entre ellos el concejal Pulgar Daza. Pero lo que el país espera es que rueden las cabezas de todos los responsables, para volver a creer en los procesos electorales. Sobre todo ahora, cuando se avecinan dos en un solo fin de semana. *Nombres cambiados u omitidos, por razones de seguridad.

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